Las calles más bonitas de Córdoba
Córdoba, una ciudad llena de encanto en el sur de España, es conocida por sus estrechas calles empedradas que despiertan el espíritu romántico de cualquier visitante. Entre las numerosas joyas ocultas que alberga, se encuentran algunas de las calles más bonitas y pintorescas de España. En este artículo, exploraremos seis de estas calles fascinantes: la Calleja de las Flores, la Cuesta del Bailío, la Calle de las Siete Cabezas, la Calleja de la Luna y la Calleja del Pañuelo. Cada una de estas calles tiene su propia historia y encanto único que las distingue.
Calleja de las Flores
Comenzamos nuestro recorrido por las calles más bonitas de Córdoba con la famosa Calleja de las Flores, que ha terminado por convertirse en uno de los iconos de la ciudad. Este estrecho callejón se encuentra en el corazón del casco antiguo y es conocido por sus fachadas llenas de macetas de flores coloridas. Cada rincón de la Calleja de las Flores es una postal perfecta, con sus paredes encaladas y balcones adornados con geranios y buganvillas. Desde la plazoleta que podemos encontrar al final de la misma podemos disfrutar de una de las más bellas vistas de la torre de la Mezquita-Catedral.
Calleja del Pañuelo
La Calleja del Pañuelo es una de las calles más estrechas de Córdoba y lleva ese nombre debido a su reducido tamaño, donde dos personas apenas pueden cruzarse. El verdadero nombre de la calle es Pedro Jiménez y es una de las más estrechas de toda Europa. Recibe su nombre porque mide unos 50 centímetros de ancho, coincidiendo con las medidas de los pañuelos que los antiguos caballeros llevaban en las solapas. La calle desemboca en una plaza sin salida donde se encuentra una fuente, los restos de una antigua columna, algunos naranjos y algunas casas.
Calle Cairuán
Se trata de una pintoresca calle que transcurre a lo largo del tramo de una de las murallas (zona extramuros) perfectamente conservadas que tiene Córdoba. Debe su nombre a la ciudad tunecina Kairouan, hermanada con Córdoba, que tiene una mezquita que guarda muchas similitudes con la nuestra. También es conocida como la “calle de los sabios” puesto que en cada extremo de la misma se encuentran sendas esculturas de célebres eruditos de la ciudad, la de Averroes y la de Séneca. A lo largo de la calle se encuentran unos estanques que canalizan el agua de un arroyo que proviene de la sierra y que data de la época romana.
Calle de las Siete Cabezas
También conocida como la Calleja de los Arquillos, se trata de una estrecha callejuela que data de la época medieval y que rezuma magia y misterio. Dice la leyenda que las cabezas de los siete infantes de Lara, muertos en los campos de Soria, fueron expuestas en los arcos de la calleja mientras que su padre, el señor Gonzalo Gustioz, estuvo preso en el año 974 en la casa de al lado, conocida como “La casa de las Cabezas”, que actualmente es un museo. Los historiadores rechazan la veracidad de este trágico episodio. Actualmente esta calle se encuentra cerrada al paso por unas verjas.
Cuesta del Bailío
Históricamente se trataba de una de las comunicaciones de la ciudad de Córdoba entre la ciudad alta, conocida como Medina o Villa y la baja, conocida como la Axerquía y atravesaba la muralla de origen romano. Aunque inicialmente era una cuesta, en los años 40 se hizo una remodelación de la misma, pasando a ser una escalera de treinta y dos escalones en típico chino cordobés con dibujos decorativos. En la parte alta de la cuesta se encuentra una casa señorial, de estilo renacentista, conocida como Casa del Bailío y se comunica a la derecha con la Plaza de Capuchinos, donde se encuentra el famoso Cristo de los Faroles.
Calleja de la Luna
Se accede desde la Puerta de la Luna, una de las entradas de la muralla hacia la Judería. El pasadizo de la puerta desemboca en una bonita plaza donde se puede ver una columna en la que hay una virgen forjada en hierro, la Virgen de Luna y una fuente en la que aparece representado el dios Pan. A la izquierda se encuentra la estrecha y zigzagueante Calleja de la Luna, que atraviesa dos casas señoriales, una de ellas la que fue la casa donde nació el escritor Luis de Góngora.